Los otros nombres

El Errante duerme sobre un sueño de noches inacabadas. Sus imágenes cambian constantemente, el tiempo le abre sus puertas. Sabe que los segundos son suyos. Que puede dominarlos, hacerlos durar cuanto quiera. Se contraen sus ojos soñadores de tanto deslumbrarse, se llenan de recuerdos aún estando cerrados. Se abren sobresaltados sólo con la Pesadilla, escanciadora de aguas pasadas, imborrable como la muerte. Nunca es el mismo coche, ni la misma carretera. No se repite la canción de la radio. Pero Ella va siempre a su lado. Tiene el brillo que heredó de los soles inmortales. Afuera, a través de los cristales, ven al mundo revelarse, otra mentira que no quisieron creer. El aire se inflama precediendo al estallido. Los segundos no dan más de sí, ¿por qué tuvimos que medir el tiempo con esa nadería? Maldita obsesión de reducirlo todo a pedazos. Lee en la mirada y en los labios que le están hablando. Todo va a salir bien. ¿Me oyes? Todo. Y volverás a la tierra, no tendrás que huir. Serás el hombre que siempre quisiste ser.

Por la noche

Soy nocturno, como un terror, como una polinización accidental adolescente, como un búho con mucho tiempo libre, como un late show, como las putas vestales, como un whiskey doble con hielo y un cigarro, como la funda de tu almohada, como el césped que soporta nuestro peso mientras vemos juntos las estrellas, como el viento helado que apuñala mis labios, como esa sensación de que la ciudad duerme mientras tú la pisoteas, como Redtube y la paja que le acompaña, como la lectura de salmos profanos antes de dormir, como cuando nos conocimos, como el cine de verano, como las vomitonas, como un opositor a Morfeo, como el brillo de los ojos de un lobo, como el vaho, como las luces de neón, como cuando a tí te gustaba llevar los pantalones y a mí que me los quitaras, como lo que desconoce el Sol, como un Sábado, como Diciembre, como morirse dulcemente, como un turno de guardia, como el cartel de cerrado, como una actuación de cómicos en un bar, como lo prohibido y sin embargo tú eres un desayuno.